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Bandolero

 

Durante un largo lustro de la década de los ochenta, una cuadrilla de bandoleros, formada en su mayor parte por bandidos nacidos en la Axarquía, va a atemorizar a una parte notable de la población andaluza. Se trata de la partida formada por Luis Muñoz, de El Borge, apodado el Bizco, Manuel Melgares, de Algarrobo, conocido por El Melgares, y Francisco Antonio Palma, de Vélez-Málaga, conocido por Frasco Antonio. Cada uno de ellos había comenzado su vida de bandidaje por separado, por distintos motivos y en distintos momentos. Mientras que el Bizco estaba tirado al monte’ desde 1867, en que cometiera un asesinato, Frasco Antonio se inicia en las andadas ya maduro, cuarentón, y por motivos difíciles de concretar. El más culto y cerebral de los tres va a ser el natural de Algarrobo, Manuel Melgares, que había iniciado su vida delictiva años atrás utilizando el mecanismo de las amenazas con cartas, redactadas en buen estilo, y que asustaba y plegaba a los hacendados.

Francisco  Antonio Palma Martin "Frasco Antonio"

Francisco Antonio Palma Martín "Frasco Antonio"

 

La suma de estos tres criminales va a lograr una celebridad sorprendente. Unas veces juntos, y otras separados, asaltan, roban, asesinan, secuestran… La seguridad se ha perdido en los cortijos, en los caminos, en los pueblos… Toda la Guardia Civil de la Andalucía Bética les busca por cualquier rincón de Sevilla, Córdoba o Málaga. Cada uno cumplía una función. Melgares era el cerebro, el que planificaba, el que hacía las propuestas; Frasco Antonio el que ejecutaba los planes, por su arrojo y porque era el más joven; el Bizco, el bravucón, el que asustaba.

Manuel Melgares "Melgares"

Manuel Melgares "Melgares"

 

Según Bernaldo de Quirós, autor del libro El Bandolerismo Andaluz, sería imposible intentar la relación completa de los crímenes de Melgares, el Bizco y su banda. Asaltos, secuestros, coacciones, amenazas y daños, todas las figuras jurídicas posibles de los delitos comunes contra las personas y la propiedad, contra la libertad y la seguridad, fueron practicadas por ellos. En las plazas, en las tabernas, en los mercados, por las calles, se rumorean a todas horas «hazañas de los bandoleros de la Axarquía. Su fama se extiende por todo el país. Incluso en el extranjero, sobre todo por los escritos que publican algunos viajeros que optan por airear las peculiaridades de estas tierras, tales como Gautiér, Richard Ford, Héctor France, etc.

Luis Muñoz Garcia "El Bizco del Borge

Luis Muñoz García "El Bizco del Borge

Y aunque en muchos casos la figura de los bandoleros se idealizan, y se les adornan con virtudes sorprendentes, la verdad es que estamos ante verdaderos ciegos morales que se presentan y actúan como ladrones y asesinos de la peor especie. Lejos de la simpatía que irradia la figura de Diego Corrientes, que jamás derramó la sangre de sus semejantes, o la del Tempranillo, que siempre fue discreto en verterla, los bandoleros de la Axarquía la derrocharon en exceso. Sobre todo Luis Muñoz, Bizco del Borge, considerado, durante muchos años, el malhechor que más bajas ha causado a la Guardia Civil.

 

Museo del Bandolero en el Borge

Museo del Bizco del Borge

 

La partida, con su fama, atrajo a otros malhechores. Y así, a mediados de la década, ya forman parte de la misma Pepe el Portugués, Manuel Vertedor García y Antonio Duplas, apodado el Francés, nieto de un soldado desertor de las tropas napoleónicas. Con tales refuerzos el capítulo de robos en el año de 1885 es numerosísimo. En algunos momentos, y a consecuencia del padecimiento asmático de Luis Muñoz, la cuadrilla cabalga capitaneada por el Portugués, que se mueve muy seguro por los campos de Antequera, Loja y Lucena.

Grabado

 

Entre 1886 y 1889 la partida fue exterminada. Los bandoleros de la Axarquía dejaron una larga estela de hechos criminales. Y, como producto de ellos, en más de un caso, un importante capital en buena moneda. Anos después de la muerte de estos bandidos, algunos de sus vecinos, o algunos de sus amigos, sorprendieron con un enriquecimiento inesperado. Era público y notorio que algunas personas habían guardado dinero a los bandoleros, y que, como en otros casos de Andalucía, es muy probable que fuese éste el turbio origen de sus fortunas.

 

Antigua Venta de Alfarnate, punto de encuentro de todos estos malhechores

Antigua Venta de Alfarnate, punto de encuentro de todos estos malhechores

 

Fragmento del libro de Francisco Montoro «Bandoleros de la Axarquía»

Publicado por la Editorial Acento Andaluz.