Itinerarios de Semana Santa
23/03/2013
Ruta de los castaños
01/12/2012
Ruta de los castaños: De Parauta a Cartajima
Con la llegada del otoño, el Valle del Genal ofrece un espectáculo de colorido indescriptible, formado por el verdor producido por las primeras lluvias en el monte y la caída de las hojas de los castaños, que nos regalan un mosaico de tonalidades deslumbrantes, para el disfrute del amante de la naturaleza.
El sendero es fácil y cómodo, se realiza casi en su totalidad por carriles y sendas bien marcados. Se inicia en Parauta en la Plaza de Salvador Márquez en dirección al río desde la Fuentezuela situada en la umbría del arroyo, visible desde el punto de partida.
El primer tramo de la ruta discurre por un frondoso bosque de castaños. El camino sigue con un cómodo descenso hasta las cercanía del arroyo de nacimiento, donde contemplaremos terrazas de nogales, alcornoques , madroños, quejigos y zumaqueros. Después nos encontramos con un molino harinero en buen estado de conservación, el Molino del Real.
A escasos metros llegamos a un sotobosque de galería con chopos, alisos, álamos y el Arroyo del Riachuelo, tributario del río Genal, que debemos cruzar. A partir de aquí comenzamos el ascenso a Cartajima. Nos adentramos de nuevo en el castañar, contemplando una gran depresión, con la cancha de Almola y los Riscos de Cartajima, un torcal poco conocido con caprichosas formaciones pétreas.
Proseguimos ahora en subida entre los omnipresentes castaños que dejan hueco a los alcornoques y ya casi llegando a Cartajima nos veremos gratamente sorprendido por un frondoso castaño conocido como Castaño Arenas con más de 400 años, catalogado en el inventario del patrimonio etnográfico del Valle del Genal.
FOTOGRAFÍAS
Pepe Valdés
La Alpujarra granadina
07/12/2009
La Alpujarra es una comarca histórica andaluza situada entre las provincias de Granada y la provincia de Almería, en las faldas de la ladera sur de Sierra Nevada, la conforman una serie de valles y barrancos que descienden desde las cumbres de Sierra Nevada, en el norte, al eje vertebrador de la comarca, que es el gran valle, dispuesto en dirección este-oeste, formado por las cuencas del río Guadalfeo, en la parte granadina, y del río Andarax, en la parte almeriense. Al sur, la Sierra de Lújar, la Sierra de la Contraviesa y la Sierra de Gádor con sus barrancos, que descienden desde estas sierras al Mar Mediterráneo.
Se trata de un espacio de una enorme belleza natural y grandes contrastes. A causa de su clima suave, combinado con una fuente estable de agua para la irrigación de los ríos que descienden de Sierra Nevada, los valles de La Alpujarra disfrutan de un importante grado de fertilidad, si bien a causa de la naturaleza del terreno sólo pueden ser cultivados en pequeñas parcelas, por lo cual la técnicas modernas de agricultura no suelen ser viables. Abundan los árboles frutales, como naranjos, limoneros, caquis, manzanos, higueras, castaños, almendros, y los viñedos. La zona este de La Alpujarra, la almeriense, así como la cara sur de las sierras costeras, son más áridas.
Vamos a centrar nuestra visita en tres de los pueblos más pintorescos, sin merecer a los demás, que son los de Pampaneira y Capileira que junto a Bubión, están situados en una de las zonas más bellas de esta comarca granadina, como es el Barranco de Poqueira, y que pertenecen a La Alpujarra Alta, con sus pueblos colgados en las laderas de Sierra Nevada, siendo la zona más conocida de la Alpujarra, y la más visitada por viajeros y turistas por su fácil asceso.
La arquitectura de Pampaneira conserva, en gran medida, la tipología alpujarreña, formada por casas construidas en mampostería enfoscada y blanqueada con cal, de una o dos alturas con cubiertas planas de launa y aleros de lajas. Presenta, igualmente, su característico entramado urbano con disposición escalonada de las viviendas, calles estrechas, tortuosas y empinadas como consecuencia de su adaptación a la topografía local. En este sentido, destacan sus tinaos como elementos arquitectónicos típicos de su fisonomía, junto a un interesante paisaje agrario dominado por el aterrazamiento sustentado por balates de piedra, lo que le confiere una singular belleza al núcleo urbano.
La gastronomía es de gran riqueza, y en tiendas y talleres a lo largo del núcleo de población se ofrecen cerámicas, tejidos y todo tipo de elementos propios de la artesanía alpujarreña. Hoy día los ingresos derivados del turismo son, en la práctica, la única actividad sobre la que se sustenta la economía de Pampaneira. La agricultura se encuentra en total abandono, y si se conserva lo es en zonas concretas y de forma muy residual.
El interés paisajístico de Pampaneira y su conservación le ha llevado a conseguir la consideración de Conjunto Histórico-Artístico, y a recibir galardones como el Primer Premio Provincial de Embellecimiento de Pueblos y por dos veces, el Premio Nacional de Turismo de Embellecimiento y Mejora de los Pueblos Españoles. También al estar incluido en los Parques Natural y Nacional de Sierra Nevada, la zona goza de un nivel de protección singular.
Esta circunstancia afecta tanto a la visión conjunta del núcleo urbano y sus anejos, como también a cada uno de los elementos individuales que lo integran, de forma que cualquier transformación debe recibir el visto bueno de la comisión que vela por el mantenimiento del urbanismo y arquitectura del municipo. Esto ha dado lugar a que Pampaneira, junto al resto de pueblos del Barranco del Poqueira, conserve muy bien la tipología de sus calles, viviendas, tinaos y demás elementos arquitectónicos, lo cual le confiere una ventaja importante en la competencia turística.
La sublime integración de estos elementos impide, salvo excepciones, destacar el atractivo de unos elementos sobre otros, alcanzando su mayor interés al formar un sencillo pero atractivo conjunto, en donde calles y barrios conservan la fisonomía tradicional, contando con la colaboración inestimable de los vecinos que han conseguido conservarla y respetarla a través del tiempo. Fuera del núcleo de población, nos encontramos con algunos molinos y cortijos diseminados, pero muy deteriorados o tan transformados, que le han hecho perder gran parte de su atractivo paisajístico y etnográfico.
Fotografías Pepe Valdés
https://axarquiaviva.wordpress.com
e-mail axarquiaviva@hotmail.es
La Axarquía eremita
30/11/2009

Fotos Valdés
La Axarquía Eremítica y sus piedras misteriosas
Muy cerca de la antigua carretera nacional 340 (dirección Málaga Almería), en el sitio conocido por Valle Niza, perteneciente al término municipal de Vélez Málaga, se encuentra un centro de poder que conserva sobre si, y en buen estado, una de las manifestaciones sacras más antiguas de las culturas mediterráneas. Es el Complejo de Almayate que guarda el conjunto rupestre, eremítico más importante de Andalucía.
En su simplicidad, el hombre malagueño consagró gran parte de su vida a erigir gigantes de piedra que pudieran constituir su reclamo, su protección y su testimonio. Ya se trate de los enormes bloques sensibles colocados en resonancia sobre puntales de granito en dólmenes vibrantes como los de Antequera, o de las piedras-antena hincadas en el suelo de Sierra Tejeda, para que el cielo pueda dar su respuesta equinoccial en su cima.

Fotos Eduardo Arboleda
¿Qué afán tenía el hombre por remover tales masas? ¿Qué pregunta debía formular y qué respuesta recibir por medio de estas piedras que ciertamente la transmitian?
Piedras de culto, piedras dóciles, piedras achatadas, piedras emotivas de sacrificio que la tierra sacó de su seno. Sin la piedra, la vida del hombre hubiera sido prácticamente imposible. La piedra es su lenguaje, señala sus jalones y su orientación. Es también su geografía.
Los eremitas o ermitaños malagueños de Almayate se retiraron a este paraje, apartado, para dedicarse a la contemplación como primera forma de vida religiosa; entregándose a la oración y a la soledad, ocupándose de diversos géneros de penitencias y mortificaciones, sin descuidar en ningún momento la labor de manos para evitar la ociosidad. Su asentamiento comienza con motivo de las primeras persecuciones de los paganos en Andalucía.
Los ermitaños malagueños profesaban las reglas de san Benito, eran verdaderos monjes que habían aprendido, por largas pruebas en el monasterio y con el socorro de muchos a combatir al demonio. Se sentían con bastantes fuerzas para dejar la compañia de sus hermanos y emprender por si solos y sin el socorro ajeno la lucha contra los vicios de la carne y de los pensamientos. Estaban siempre solos, sin permitirseles hablar entre si, ni tampoco criar animales.

foto E.Arboleda
Los más jóvenes ocuparon los lugares más apartados. Levantábanse todos los días del año para recitar maitines a las dos, después de media noche cada uno tocaba la campana de su oratorio, pero con tal orden que se respondían los unos a los otros, de modo que de no hacerlo, al amanecer, el más cercano debía llegarse a la ermita para saber la causa y avisar.

Foto Valdés
Los eremitas de Almayate se infligían mortificaciones varias: algunos se obligaron a vivir siempre de pie y su aislamiento les producía alucinaciones, especialmente los que escogian la celda tapiada de la macrocueva, antiguo templo precristiano. Para estos eremitas o ermitaños sus estados alterados de conciencia, tenían unas dimensiones que superaban la realidad que conocemos cotidiana. La misma realidad de los antiguos malagueños del Complejo de Almayate que hoy empieza, poco a poco, a desvelarnos su secreto.
Eduardo Arboleda Ballén
Antropólogo
Fotografías Pepe Valdés
El Valle del Genal
18/11/2009
Os proponemos un recorrido por el Valle del Genal, acompañando al grupo de senderismo “El Manganillo”, que coincide con nuestro primer aniversario en la red, que comenzaba precísamente con un artículo similar a este hace ahora un año. Para la visita hemos escogido el municipio de Igualeja, tomando como base el nacimiento del río Genal, atravesando el castañar campo a través en unas dos horas de ida y otras dos de vuelta. El recorrido no es muy exigente aunque si algunas veces se torna bastante duro debido a la cantidad de desniveles que hay que sortear.

Panorámica de Igualeja
La población de Igualeja se encuentra encajonada entre la serranía de Ronda y Sierra Bermeja, enmedio de un terreno abrupto, rodeado de unos bellos paisajes como podéis observar en estas imágenes. Surcan sus tierras el río Genal y su afluente el Seco, que forman grandes barrancos en los que abundan pinos y especialmente castaños, que constituyen su principal fuente de riqueza. Sus castañas, especialmente la variedad pilonga son conocidas en el mundo entero, por ser la más sabrosa.

Un rincón de Igualeja
Como los demás pueblos de la Serranía de Ronda, encaramados en las faldas de los montes, sus calles tienen que salvar grandes desniveles, y sus casas encaladas han sido construídas adaptándose al terreno que las acoge. La fisonomía del casco urbano es muy similar en los dos únicos barrios que forman el pueblo. A ambos lados de las calles estrechas y empinadas se levantan casas de piedra, encaladas, formando una trama típica de trazado laberíntico, heredada de su pasado morisco, apenas alterado en la actualidad.
La principal fuente de riqueza es la forestal y la cosecha anual de castañas, como ya decíamos anteriormente. En cuanto a la artesanía, cabe destacar la elaboración de objetos de pleita de esparto, cuero y marroquinería. La gastronomía se nutre de numerosos platos entre los que podrá degustar la elaboración artesanal del salmorejo, así como las gachas. También son muy típicas las migas y el gazpacho.

Nacimiento del río Genal
Comenzamos el recorrido propiamente dicho, visitando el nacimiento del río antes de abandonar el pueblo, un paraje verdaderamente espectacular, que solamente por contemplarlo vale la pena acercarse a este pueblo de la serranía. Está bastante bien acondicionado con un gran jardín en el perímetro exterior formando un pequeño parque para esparcimiento de la población.
Una vez bajado el pueblo en dirección hacia la iglesia, atravesando un estrecho callejón y una empinada cuesta, nos adentramos ya en el castañal campo a través, por un sendero estrecho pero que se vislumbra claramente, máxime en este tiempo en el que el trasiego de los agricultores recolectando las castañas lo tienen más despejado de matorral.
A medida que ascendemos la sierra el castañar comienza a ser más frondoso y el hermoso verde otoñal contrasta con el macizo de granito y caliza que se alza imponente ante nosotros. Podemos observar en algunas zonas muy claramente la descomposición de la piedra en el karts.
Junto al bosque de castaños que es el que coloniza las tierras mejor situadas vemos también alcornoques, encinas, quejigos, pinos y hermosos nogales, mezclados con olivos en las lomas y frutales en las riberas de los ríos.
También observamos multitud de cuevas prehistóricas en nuestro recorrido que testimonian la presencia humana por estas tierras desde siempre.
La Serranía es un mundo aparte más allá de la leyenda que ronda en cada pueblo, en cada valle y en cada sierra. La Serranía es paisaje que guarda celosamente su riqueza, y es también historia viva de gentes que hacen de la silvicultura, agricultura, ganadería y comercio, el milagro cotidiano de supervivencia.
Fotografías Pepe Valdés
https://axarquiaviva.wordpress.com
e-mail: axarquiaviva@hotmail.es
El desafío del Buda
24/10/2009
El pasado domingo se celebró en Torre del Mar la V Edición del Maratón de Mountain Bike “El Desafío del Buda” con un éxito total de participación de ciclistas y de público en general. La prueba de este año se presentaba como un merecidísimo homenaje a nuestro paisano Rubén Ruzafa, flamante campeón del XTERRA, y campeón de España de Triatlón Cross.
Un total de 412 ciclistas, de los cuales 332 culminaron el recorrido completo y un equipo humano formado por más de 100 personas entre socios, amigos y familiares del Club Ciclista Veleño, se encargaron de que todo trancurriera a la perfección, en una jornada entre deportiva y de convivencia, ya que después de la prueba se realizó una macropaella para 600 personas con bebida y postre para todos los participantes en el evento.
La salida, como novedad de este año, tuvo lugar en el paseo marítimo junto al faro, en una mañana gélida de otoño, que anunciaba unas condiciones expléndidas para la práctica del deporte de la bicicleta de montaña, que vino bien a los corredores de cara a la dura prueba que se avecinaba.
La salida estuvo neutralizada en el paseo marítimo de Torre del Mar, tras un pequeño recorrido por su casco urbano, para después seguir por la antigua vía del tren hacia la vega de Vélez.
Aquí vemos a Rubén Ruzafa con el dorsal número 1, atravesando el antiguo puente de la vía del tren, en puestos ya de cabeza de un pelotón que aún se mantenía compacto.
Aquí ya lo vemos destacado cuando el recorrido comienza a exigir, en este caso subiendo la primeros metros de la cuesta del carril de la Atalaya. Una subida infernal que realizó sin prácticamente inmutarse, cuando al resto de los mortales nos costó seguirlo a pie, corriendo tras él para animarlo. Para los que no conozcáis la zona, sólo tenéis que fijaros en el desnivel del camino y el piso de roca y piedra que hay hasta la cumbre.
Sólo una pequeña parte de los corredores pudieron subir encima de la bici, éntre ellos este corredor que a la postre fue el segundo en llegar a la meta, Agustín Campos, que dío un recital de pundonor y coraje en la subida.
Otro corredor que subió impecablemente fue José Manuel Padilla del club ciclista Veleño, tercero en la categoría junior, y que nos dejó esta preciosa instantánea.
En esta otra imágen podemos contemplar el bellísimo recorrido de la prueba, en este caso con el boquete de Zafarraya al fondo.
O esta otra en la que tenemos una panorámica del pantano de la Viñuela con la Sierra Tejeda al fondo.
Fijaros en esta otra imágen la cara de sufrimiento de los que terminaban el carril de la Atalaya subidos en la bici, todo un poema.
Algunos que todavía no habían comenzado la rampa se la prometían felices, no sé si tal vez por desconocimiento de lo que aún estaba por llegar.
Otros sin embargo aún tuvieron fuerzas para posar frente a la cámara como dos buenos amigos y alegres por culminar la primera gesta del recorrido.
Esta otra imagen corresponde al paso ya por la Torre de la Atalaya uno de los puntos emblemáticos del recorrido enfilando la estupa del Karma Guen, en dirección al Cerro Beas.
Al paso de la torre se estableció el control de paso de los corredores y el primer avituallamiento. Después habría que subir a Bentomiz y Daimalos para luego bajar desde allí hasta la meta.
Recorrido del Buda 2009
Perfil del Buda 2009
Como no podía ser menos el primer corredor en llegar a la meta fue Rubén Ruzafa con un tiempo de 2 h. 46′ 30”, claramente destacado del segundo corredor en finalizar la prueba que fue como ya dijimos anteriormente, Agustín Cantos con 2 h 59′ 15”.
Tercer clasificado Miguel Angel Florido 3h 05′ 33”
5º puesto para Zeuixis Romero con 3h9’53”
6º Jose Igancio Rubio con 3h11’02”
Rubén Ruzafa departiendo amigablemente con los medios. Lo vimos muy contento y relajado, en todo momento tuvo una sonrisa para todos. Es una persona encantadora.
Hasta un total de cinco jamones cortados durante toda la mañana, y otro que se regaló como trofeo.
Llegada de la paella que tuvo que ser en una grúa para poder transportarla desde allí hasta la playa.
La gente de la paella también se lo curraron bien, hacer una paella para 600 personas y que sea comestible ya tiene mérito, pero si además está buena ya es todo un lujo.
Pero en el fondo se lo pasaron bien, nos reímos con ellos y estuvieron muy animados por un sinfín de curiosos que se fueron acercando durante toda la mañana.
FOTOGRAFÍAS PEPE VALDÉS Y GUTI
Para ver el resto de fotos con la entrega de trofeos pulsad en el enlace situado más abajo